Palos en Valencia y paseíllo en Mallorca. Mientras en Madrid y Barcelona apuestan por el juego como remedio a nuestros problemas del paro. En Valencia se originó el escenario dónde la policía actuó de manera desproporcionada ante las protestas de estudiantes de enseñanzas medias. Las imágenes que han dado la vuelta al mundo, nos confirman en la línea de que la policía actúa igual en Valencia o Barcelona, así como en otros escenarios de nuestras sociedades democráticas. Los jóvenes no verán igual a la policía cuando se sienten agredidos, no sólo ellos, sino cualquier ciudadano que pasará por cerca de la manifestación. Gracias a la tecnología, los vídeos del móvil se convierte de manera instantánea en testigo de cargo de la descarga policial. Nadie dimitirá, en Valencia es imposible. Un jefe de la policía con sueños ultraderechistas que se permite tildar a los jóvenes de “enemigos” y una Delegada del Gobierno que alaba la bondad policial. Un Ministro del Interior que primero dice que hubo abusos, un sindicato policial que le llama “miserable” por criticar la actuación policial y posteriormente, una rectificación en sentido contrario, y, por último, un Ministro de Educación que habla de “manifestación violenta” y que no tenía nada que decir del porqué se manifestaban los estudiantes. Hay que reconocer que el Ministro de Educación parece perseguir la notoriedad. Eliminar la asignatura de “Educación para la Ciudadanía” porque los alumnos son adoctrinados por profesores que repiten mecánicamente lo que les dice el PSOE, le parece a él y a la derecha –cada vez más reaccionaria-, algo natural, mientras que en clase de religión se habla de la divinidad de Jesús como algo natural y que no requiere ninguna reflexión de carácter crítico.
Las declaraciones de Montserrat Nebrera contra la política y el parlamentarismo han sido ampliamente recogidas por la prensa. Llama la atenció la capacidad de convocatoria de Montserrat Nebrera. No le ha gustado lo que ha visto en política y por eso se marcha del partido popular. Pero de sus declaraciones se desprende que no piensa tirar la toalla y plantea la posibilidad de crear una nueva plataforma política. En las diferentes tertulias -no eres nadie si no logras estar sentado en esas tertulias-, se planteaban las opciones que le convenían a la ahora dimisionaria. Que alguien dimita cuando es parlamentaria en las autonómicas del 2006 llama la atención, pues, no es habitual. Incluso cuando los escándalos por corrupción, los políticos implicados o presuntamente implicados, no dimiten, excepto, cuando los cesan, pero aún en este caso, se aferran al escaño parlamentario como si fuese de ello les dependiera la vida. Así, que la señora Nebrera no siento apego al sillón. Los tertulianos
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