Llama la atención el despliegue de los partidos catalanes en su esfuerzo por diferenciarse de sus oponentes. Excepto CiU y ERC que han establecido un pacto para la constitución de “estructuras de estado” en la medida que la primera medida es el “derecho a decidir” del pueblo catalán, que asume un papel activo de sujeto político, las demás opciones políticas, ICV, PSC y la CUP ven las cosas de manera diferente. La CUP está en línea con las aspiraciones del independentismo, pero ICV se siente marginada y por lo tanto quiere tener cierto protagonismo, mientras que el PSC tiene una perspectiva realmente difícil. Su alma dividida, es decir, la estatal y la nacionalista, está en un momento de crisis profunda. En la cúpula del partido la sensibilidad es más estatal, pero por puro tactismo saben que si abandonan el filón nacionalista, no volverán a gobernar en las próximas décadas. El PP aspira a absorber a militantes del PSC de carácter nacional, y el PP puede y quiere explotar las con