Los gitanos son un grupo muy particular. Puedo hablar desde una experiencia cerca a ellos. Vivía en un barrio donde una de las plazas se denominaba "los gitanos". Y la razón era sencilla, en esa plaza los pisos de protección oficial estaban habitados por gitanos. La conviviencia al principio era difícil después se fue diluyendo. En muchísimas familias había una clara intención de integración. Cada uno reivindicaba su derecho a ser como quería ser. Es verdad que cada grupo gitanos y payos vivíamos en nuestros propios mundos, pero había puntos de unión. Recuerdo que no era fácil la convivencia, pero era posible. De eso hace muchos, demasiados, años. Y tal como aparecen las noticias parece que hay problemas que no quieren desaparecer.
La patria de la revolución ha decidido unilateralmente eliminar la idea de fraternidad. El presidente de la República N.Sarkozy ha establecido la política de repatriaciones a los "gitanos rumanos". Las expulsiones son no por haber cometido algún delito, sino que el delito es ser gitano, rumanos,pero no nos engañemos, son expulsados porque son pobres. Sarkozy está sometido a la aparafobia. Es decir, Sarkozy siente un profundo desasosiego ante la pobreza.
Los presidentes de gobierno de la UE avalaron a Sarkozy en su política de expulsiones. Tomo nota particular de la actitud de Zapatero. Se habla de pedagogía política, pero la actitud de nuestros gobernantes es mezquina y prepotente frente a los grupos sociales más marginales y son extremadamente serviles con los poderosos.
Badalona a través del PP ha querido avivar el fantasma de los "gitanos rumanos". Incluso una eurodiputada francesa, Maria Thérèse Sánchez-Schmid, del partido de Sarkozy ha venido invitada por Alicia Sánchez Camacho la nueva heroína de las clases populares en Cataluña. Quería demostrar a todo el mundo que los problemas franceses son nuestros problemas y que las acciones políticas de Sarkozy son un buen ejemplo a seguir. Lo lastimoso del asunto es que estamos en precampaña electoral.
La sociedad percibe que vivimos tiempos revueltos e inseguros. La existencia de grupos minoritarios y marginales son un excelente objetivo para el resentimiento. Además, las actitudes y conductas de los que vienen de fuera no hacen sino enervar las actitudes de rechazo contra los que vienen de fuera. No debe ser fácil gestionar desde los Ayuntamientos la aparición de grupos de gitanos que recorren nuestra geografía buscando un "mundus vivendi" que les permita ir tirando. Cuando estábamos en los buenos tiempos de la economía el asunto era "menor". Ahora con la crisis, el asunto cobra tintes más difíciles. ¿Cómo integrarlos? ¿Quieren integrarse? El asunto es complicado y difícil. Las costumbres gitanas son tan insensatas como pueden ser algunas de las nuestras. La falta de interlocutores gitanos hace más difícil el diálogo entre gitanos y payos. La complejidad del asunto es que vivimos en un marco europeo en el que los ciudadanos de la Unión Europea pueden circular libremente por Europa. Sarkozy ha establecido que al menos en Francia, que esa circulación de personas queda prohibida para los "gitanos rumanos pobres".
No voy hablar de los desaguisados verbales de la precampaña electoral que se prevé abrumadora en disparates y descalificaciones. De eso ya hablaremos más adelante.
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