En Catalunya Ràdio entrevistaban al líder de Ciudadanos
Albert Rivera. Hablaba para la galería en castellano. Él no es independentista.
Ha concedido que las cosas se podían hacer mejor. Pero rechazaba la opción del “separatismo”. Rivera no podía creer que el informe filtrado
por “El confidencial” sobre la supuesta puesta en marcha de una “Agencia de
Seguridad” catalana, no calara en los tertulianos. Pensaba que deberían escandalizarse.
Pero los tertulianos parecían poco propicios para secundarlo. Ha sido un
momento álgido de la entrevista por Silvia Cóppulo.
Uno de los tertulianos, ha recordado, que estos “informes”
han aparecido antes, sin que posteriormente se pudiesen autentificar la
autoría. Recordemos las filtraciones de “El Mundo”. Rivera a los informes les daba toda la credibilidad.
Ahora que estamos en este debate independentista, deberíamos
agradecer a los Albert Rivera y compañía, que Cataluña no es el feudo de la
intransigencia. Suponemos que el líder de Ciudadans ha estudiado en la Cataluña
monolingüe del sistema educativo catalán. No ha sido víctima de la inmersión.
Ni ha sido abducido al bando independentista. Es posible que Rivera ha tenido
que luchar para conseguirlo.
A Rivera le parece que la consulta ni es pertinente ni legal.
Está en su derecho. Pretende que la CE no avala dicha posibilidad. Pues, la
única salida que él entiende es la que marca el art.92 CE. Es decir, la
consulta debería realizarse al conjunto de la ciudadanía española. La encuesta –El
periódico- nos dice que un 47,5 frente a un 46,8 está a favor que se haga la
consulta. Este hecho es un dato digno de atención. Sin embargo, desde un óptica
razonable, la lógica debería indicar que los ciudadanos extremeños, no pueden
ser los árbitros de lo que quiere la ciudadanía catalana. La lógica de proximidad
nos dice que quienes deben decidir son los ciudadanos de Cataluña.
En la entrevista con Rivera nos ha dicho la imposibilidad de
un gran pacto en España entre Ciudatans y UPyD debido a las reticencias que ha
puesto Rosa Díez. Su política en Cataluña le permite ser aplaudido por los
servicios auxiliares de la derecha mediática. Es posible que Rivera fuese visto
desde Cataluña si también fueran capaz de criticar al gobierno del PP por los
incumplimientos en materia de financiación, por ejemplo. Rivera se conforma con
hostigar al gobierno de CiU, pues, saca mejores réditos que atacando al
gobierno central. Sin embargo, si Rivera quiere competir en toda España – una apuesta
muy arriesgada-, posiblemente, se encontraría con una crítica que en Cataluña no
encuentra. El PP vería a Ciudadans como un submarino que querría restarle votos,
y ya no sería tan calurosamente recibo en Madrid como hasta el momento.
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