La invasión de aire caliente que está abrasando a media Europa se ha cobrado la vida por calor de tres personas indigentes. La crisis provocó y sacó a flote el drama de los desahucios. Cientos de miles de personas se ha encontrado abandonadas a su suerte, mientras que el Estado, a través de la policía –tanto da si es autonómico o estatal- han hecho cumplir la voluntad de los bancos. Bancos que fueron rescatados de forma generosa por el propio Estado. Bancos que no tendrán que devolver jamás nada de su deuda. Es la diferencia entre la plutocracia y la gente corriente.
Que a la hora de los telediarios se hable de esas personas sin hogar, unas 40.000 personas sin hogar (Caritas), dice mucho de nuestra sociedad. No es fácil solidarizarse con todo el mundo. Pero el drama humano de esas personas que viven a la intemperie, debería ser un problema esencial de nuestra sociedad. ¿Cómo gestionar ese drama?
Las ONG hacen un papel meritorio, estoy pensando por ejemplo, en la Fundación Arrels, y otras ONG que hacen lo que los Estados no hacen. Debería reflexionarse sobre la inflación de ONG. También debería replantearse que se está haciendo bien y mal. ¿Proactiva Open Arms, es consciente de los problemas que ayuda a crear? Cientos de personas a la deriva en al mar Mediterráneo sin otra esperanza que Proactiva Open Arms o similares los salve de un naufragio casi seguro. Los miembros de Proactiva son los héroes de esas personas que aspiran a llegar al paraíso. De héroes a traidores. Los estados dejan morir a miles de personas en el Mediterráneo, pero culpabilizan a los que los salva, sin el permiso de éstos. La vida como valor, un valor que según la UE, no cotiza y por eso es desechable. Vivimos tiempos sin futuro. Sobrevivir. La nueva condición se llama supervivencia. No hay futuro, ese es el mensaje de la nueva gobernanza mundial.
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada