Mientras en los centros de sanidad y educación hay dificultades, también en el Parlament había problemas. CiU y ERC parece que quieren entenderse. La nueva cúpula de ERC quiere dar un giro a su política social para desplazarse al ámbito nacionalista. Ahora la palabra mágica es pacto fiscal. CiU sabe que no tiene nada que hacer sobre este tema, excepto, que en las próximas elecciones del 20-N los del PP necesitasen para gobernar a los de CiU y esta hipótesis es altamente improbable. Así que en un escenario triunfal del PP el pacto fiscal naufragaría para llenar de razones en las filas nacionalistas de la necesidad simple y llana de la independencia. No voy a comentar el desaguisado de las votaciones, amén de mecanismos obstruccionistas, que “La Mesa del Parlament” o bien la “Junta de Portaveus”, podía haber establecido los mecanismos necesarios para no hacer el ridículo. En Euskadi se viven horas en las que cualquier palabra provoca torrentes de interpretaciones. EKIN -servicio auxil...