La campaña electoral agota sus últimas horas. Parece que la suerte esta echada. CiU se ve otra vez en su casa. Unos "okupas" han estado alojadas está legislatura dónde jamás debieron estar. El sentido patrimonialista de CiU es insufrible. Los "okupas" del Palau de la Generalitat están a la greña. El PSC echa todas las culpas a los "otros socios". Ahora viene a decir que es por culpa de ellos que tienen que marcharse. La campaña acaba como empezó. Nadie ha dicho nada digno de recordar. Todo morralla. Excesos retóricos y gestuales. En el fondo esconden el papel periférico que estas elecciones esconden. En mundo globalizado Cataluña no es más que una pequeña parcela. Los problemas políticos están en otras latitudes. Lo peor no es esto, sino que nos hagan creer que desde aquí se puede dirigir las cuestiones pendientes. Si Irlanda tiene que hacerse el harakiri para que los bancos sigan a flote, ¿que peso tiene entonces Cataluña? La capacidad de maniobra es ...