Las verdades obvias no son siempre evidentes. Me decía mi mujer, que después de las celebraciones por el famoso triplete del Barça, empezaba la verdadera crisis. Tenía razón como casi siempre. Mientras que el Barça se dedicaba a acumular triunfos "históricos", la crisis era menos evidente, pero después de las multitudinarias manifestaciones de júbilo, llega el páramo. No hay ninguna perspectiva que pueda consolarnos. Que salgan un millón de personas para celebrar las victorias de un equipo de futbolistas millonarios resulta chocante. La crisis afecta a todos, excepto a los futbolistas de élite como lo son los del Barça. Si hubiese ese entusiasmo por salir a la calle para protestar por la ineficacia de las diferentes administraciones, seguramente, los políticos tratarían de hacer algo más que pura retórica. Si la crisis tiene su origen en el sistema financiero, a que esperan para hacer algo más que inyectar liquidez a dicho sistema. Se inyecta liquidez, pero no se revierte e