Las fotografías de El País de la semana pasada donde se hacia explícito el sexo en plena calle, ha desatado una repercusión mediática y política de primer orden. El despliegue fotográfico en la edición catalana asombraba por el hecho de presentarlas en las páginas centrales de dicha edición. El mercado de "La Boqueria" convertida en un prostíbulo. Había un "cliente" que aparece como la estrella porno mediática. Espero que pida derechos por su impagable contribución al debate sobre la prostitución y los límites del decoro. No me extrañaría que saliese en los programas de Tele 5 o Antena 3, como experto en esta materia.
Si las fotografías no se hubieran publicado la realidad seguiría su curso. Las noches barcelonesas convertidas en un prostíbulo al aire libre. Sexo en la calle. Los vecinos de las Ramblas y las asociaciones de vecinos, comerciantes, etc, se han quejado, pero el Consistorio no han sabido hacer nada. Las Administraciones -todas- funcionan, mejor, gesticulan cuando los medios de comunicación amplían las denuncias, y el reportaje gráfico no dejaba dudas.
¿Qué hacer? La pregunta retórica no parece de fácil solución. La Administración en su afán de demostración de poder va a buscar el eslabón más débil, las prostitutas. Buena parte de ellas son extranjeras "sin papeles", lo que ello supone, precariedad en su situación, desde la administrativa hasta la personal. Su vulnerabilidad nos recuerda la vulnerabilidad de toda nuestra sociedad: precariedad. Nuestra sociedad ha entrada de lleno en ella, las prestaciones por desempleo es una forma de amortiguar esa vulnerabilidad, pero aún hay eslabones sociales que no tienen ningún apoyo: ese es el caso de esas mujeres que ejercen la prostitución.
Habría que recordar que vivimos en una sociedad patriarcal. Cierto que ese tipo de sociedad ha entrado en crisis. Se culpabiliza a la prostituta pero no al cliente. ¿Es qué alguien desea ser prostituta? Si alguien tuviese los medios para vivir suficientemente, el sexo pasaría a convertirse en un hobby, pero ¿esas españolas, nigerianas, rumanas., etc., tienen esos medios? Lo que deberíamos escandalizarnos es que haya tantas mujeres que tengan que ganarse la vida ejerciendo la prostitución. Si poseyeran estudios, un buen trabajo y una vivienda digna ¿creé que estarían en La Boquería aguantando a unos babosos?
Si las fotografías no se hubieran publicado la realidad seguiría su curso. Las noches barcelonesas convertidas en un prostíbulo al aire libre. Sexo en la calle. Los vecinos de las Ramblas y las asociaciones de vecinos, comerciantes, etc, se han quejado, pero el Consistorio no han sabido hacer nada. Las Administraciones -todas- funcionan, mejor, gesticulan cuando los medios de comunicación amplían las denuncias, y el reportaje gráfico no dejaba dudas.
¿Qué hacer? La pregunta retórica no parece de fácil solución. La Administración en su afán de demostración de poder va a buscar el eslabón más débil, las prostitutas. Buena parte de ellas son extranjeras "sin papeles", lo que ello supone, precariedad en su situación, desde la administrativa hasta la personal. Su vulnerabilidad nos recuerda la vulnerabilidad de toda nuestra sociedad: precariedad. Nuestra sociedad ha entrada de lleno en ella, las prestaciones por desempleo es una forma de amortiguar esa vulnerabilidad, pero aún hay eslabones sociales que no tienen ningún apoyo: ese es el caso de esas mujeres que ejercen la prostitución.
Habría que recordar que vivimos en una sociedad patriarcal. Cierto que ese tipo de sociedad ha entrado en crisis. Se culpabiliza a la prostituta pero no al cliente. ¿Es qué alguien desea ser prostituta? Si alguien tuviese los medios para vivir suficientemente, el sexo pasaría a convertirse en un hobby, pero ¿esas españolas, nigerianas, rumanas., etc., tienen esos medios? Lo que deberíamos escandalizarnos es que haya tantas mujeres que tengan que ganarse la vida ejerciendo la prostitución. Si poseyeran estudios, un buen trabajo y una vivienda digna ¿creé que estarían en La Boquería aguantando a unos babosos?
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