Las declaraciones de Montserrat Nebrera contra la política y el parlamentarismo han sido ampliamente recogidas por la prensa. Llama la atenció la capacidad de convocatoria de Montserrat Nebrera. No le ha gustado lo que ha visto en política y por eso se marcha del partido popular. Pero de sus declaraciones se desprende que no piensa tirar la toalla y plantea la posibilidad de crear una nueva plataforma política. En las diferentes tertulias -no eres nadie si no logras estar sentado en esas tertulias-, se planteaban las opciones que le convenían a la ahora dimisionaria. Que alguien dimita cuando es parlamentaria en las autonómicas del 2006 llama la atención, pues, no es habitual. Incluso cuando los escándalos por corrupción, los políticos implicados o presuntamente implicados, no dimiten, excepto, cuando los cesan, pero aún en este caso, se aferran al escaño parlamentario como si fuese de ello les dependiera la vida. Así, que la señora Nebrera no siento apego al sillón.
Los tertulianos que lo saben todo y hablan de todo, de lo divino y lo humano, dan consejos tanto si los quieres oír como si no. Algunos le han propuesto que se olvide de la política, otros que busque acomodo en otros espacios. ¿Qué espacio puede ocupar una ex-parlamentaria del PP? Se le asigna tranquilamente, a UPyD. La razón hay que buscarla en la identificación de UpyD en el territorio "españolista". Para los nacionalistas - no quieren considerarse de derechas ni de izquierdas-, todo lo que no sea comulgar con sus ruedas de molino es una afrenta intolerable que se descalifica como nacionalista español.
¿UPyD tiene futuro en Cataluña? La respuesta no está escrita en los cielos nacionalistas, ni en ningún otro cielo, excepto, lo que quieran los electores, pero a día de hoy está muy lejos de ser una fuerza significativa. La media en las últimas elecciones al parlamento europeo en Cataluña fue de 0,85%. Es decir insignificantes. Mientras que el PP consiguió un 18%. Existe un electorado de derechas o no nacionalista que vota al PP. UPyD no es de derechas, pero desde la óptica nacionalista no serlo es sinónimo de derechas, y UPyD tendrá que hacer frente a ese etiqueta que en la actualidad pesa como una losa.
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