El tiempo pasa de forma implacable. Y desde el fatídico 11-M de 2004 la memoria queda enturbiada por la desunión de las diferentes asociaciones de víctimas del terrorismo. Como nadie lee este blog, puedo hacer una confesión. Estando en una clase y hablando del problema del terrorismo, comentaba a los alumnos que en Sabadell ETA había asesinado el 8 de diciembre de 1990 con un coche bomba a seis policías nacionales cuando se dirigían a vigilar un partido de fútbol. Las víctimas eran Miguel Marcos Martínez, Ramón Díaz García, Juan José Escuredo Ruiz, José Gómez Salar, Francisco Pérez Pérez y Eduardo Hidalgo Carzo .El 19 de Marzo de 1992 muere asesinado el trabajador de la construcción Antonio José Martos Martínez al estallar una bomba en la población de San Quirze del Valles (Barcelona) justo al lado de Sabadell.El lugar donde ocurrió era un lugar inverosímil para colocar una bomba,por ello los terroristas debieron colocarla, pues, sabían que cualquiera podía ser su victima. Y el infortunado trabajador pasó por la trampa mortal.
Pues, bien, la hija de Antonio José estaba entre los alumnos. Nos quedamos sin palabras. Nos explicó que tuvo que vivir a la sombra de esa muerte atroz e injusta. Y lo peor había sido la mezquindad de todos.Lo decía con amargura y tristeza.
Por ello, en este aniversario del peor atentado terrorista sufrido en España a manos del terrorismo islámico resulta triste la desunión profunda que existe entre las asociaciones de víctimas y entre éstas y la clase política. 191 fueron las víctimas y cerca de 1500 heridos. Nos debería caer la cara de vergüenza que después de seis años no podamos rendir un acto de homenaje unitario a las víctimas y a sus familiares. ¿Cuánto tiempo deberemos esperar?
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