Nuevamente la Fiscalía ha conseguido llevar a prisión –aunque
sea provisionalmente- a la Presidenta del Parlament de Catalunya. El Magistrado
del TS, Pablo LLarena, ha seguido en parte las demandas de la Fiscalía. En
pequeño inciso. He conocido al Magistrado Llarena, cuando era Magistrado en
Barcelona. Impartió unas clases sobre Derecho penal. Lo recuerdo, jovial,
campechano y seguro de sí mismo. Tenía labia y recursos. Jurídicamente estaba
más que preparado. Tenía vocación de llegar a ser lo que hoy es, Magistrado del
TS. Presidente de la Asociación Profesional de
la Magistratura (APM), debió granjearle simpatías para la nueva etapa.
El Auto por el que deben
hablar los Jueces y Magistrados, está lleno de terminología gaseosa. Por eso, a
pesar de indicios más metafóricos que tipos jurídicos -como espoleta de explosión
social-, envía a prisión –al menos
por esa noche- a la Presidenta. Su “tenebroso pasado”, es decir, Presidenta de
ANC, es clave para entender porque la envía a prisión –al menos por una noche-.
A los demás miembros, les concede margen para eludir prisión previa fianza.
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