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Carlos Carrizosa

He escuchado en Catalunya Ràdio, la entrevista con Carlos Carrizosa dentro del programa El Suplement con Roger Escarpa. Al momento he pensado en pasar de la entrevista. Unos segundos después he escuchado al entrevistado.


Las declaraciones de Carrizosa son duras de oír. No hay nada de amabilidad para el independentismo y sus protagonistas políticos. Lo que hay es una crítica implacable desde sus presupuestos políticos. No hay en sus palabras más que reproches. Desde un punto de vista democrático, las palabras de Carrizosa, son convenientes y necesarias. Hay que recordar que nadie está en la verdad permanente y que el adversario político también puede tener razón, o al menos sus razones.

No podemos desde las filas del independentismo, escuchar sólo lo que nos gusta oír. Por eso sus declaraciones son el reflejo de los que piensan que no hay nada que negociar ni discutir ni reflexionar. Sólo hay Constitución. 

Lo único que he echado en falta ha sido su excesivo fervor militante, su absoluta falta de empatía con sus compañeros del Parlament. Él también parece embuido de una fe que va más allá de la duda. Sus palabras son como el cincel del escultor delante de un bloque de granito, no vale el tacto ni el matiz, hay que golpear sin desmayo y con determinación.

Esa falta de determinación es lo que nos sobra en las filas independentistas. Suman más pero no lo parece. Carrizosa representa una parte de la sociedad catalana que no quiere saber nada de la independecia. Sería bueno empezar a pensar porqué no quieren esa independencia. Sería bueno que los políticos que si quieren, explicaran las ventajas y también los inconvenientes, de una posible independencia. De momento, es necesario que los propios partidos independentistas reflexionen sobre lo que quieren hacer y expliquen a la sociedad catalana porque están actuando de está manera insensata y suicida.

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