La frase no es críptica, es una auténtica amenaza. Después del affaire Iceta, una tormenta dentro de un vaso de agua, ahora sale a relucir una cierta revancha. La lista más votada, ERC tiene por delante, la misión de poder establecer pactos y alianzas, no le será fácil, pero no debería ser imposible. El partido de Colau, a la que ahora todos miran con nostalgia, es el interlocutor natural. La mayoría está en 21, las opciones pueden ser múltiples, pero cierta lógica parecería imponerse, en un pacto ERC y BComú, ambas formaciones suman 20. Pero el PSC ha pintado una línea roja, ni agua a ERC, así que están elucubrando una estrategia ganadora: BComú 10, PSC 8, y que Cs aporte tres votos más. Es una opción posible, pero no es fácil de aceptar a Cs, desde BComú. Habrá que esperar a las conversaciones y transacciones que puedan tejer uno y otros. Una opción sería que los mandatos fueran de dos años y se turnaran Maragall y Colau, el problema de los egos, también hay que tenerlos en cu