La fotografía muestra las dos caras de este país. La primera la mujer que trata de hablarle a un político de la extrema derecha (VOX) que olímpicamente le retira la mirada. La muestra de desfachatez e insensibilidad es expresión de un problema grave que aqueja a nuestra sociedad. Con las difamaciones contra las víctimas de la violencia de genero, el portovox Ortega Smith-Goebbels, da inicio a un descenso a los infiernos de toxicidad patológica. Gracias al PP y a Cs, los de Vox pueden exhibirse impunemente, sea en el Ayuntamiento de Madrid o en Andalucía.
Las declaraciones de Montserrat Nebrera contra la política y el parlamentarismo han sido ampliamente recogidas por la prensa. Llama la atenció la capacidad de convocatoria de Montserrat Nebrera. No le ha gustado lo que ha visto en política y por eso se marcha del partido popular. Pero de sus declaraciones se desprende que no piensa tirar la toalla y plantea la posibilidad de crear una nueva plataforma política. En las diferentes tertulias -no eres nadie si no logras estar sentado en esas tertulias-, se planteaban las opciones que le convenían a la ahora dimisionaria. Que alguien dimita cuando es parlamentaria en las autonómicas del 2006 llama la atención, pues, no es habitual. Incluso cuando los escándalos por corrupción, los políticos implicados o presuntamente implicados, no dimiten, excepto, cuando los cesan, pero aún en este caso, se aferran al escaño parlamentario como si fuese de ello les dependiera la vida. Así, que la señora Nebrera no siento apego al sillón. Los tertulianos
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