Vivimos en una sociedad, la española, muy insolvente. Un personaje como Casado, que podría llegar a ser nada menos que Presidente del Gobierno, nos demuestra su nivel de conocimiento en una cuestión que sin duda, no es experto. Su particular escándalo a vueltas con su famoso master (en minúsculas) prueba que no está preparado. Él, en cambio, ha sido fiel a la jerarquía del PP. Su currículum lo dejaría siempre fuera de cualquier posibilidad de encontrar empleo en el ámbito privado. Por eso, eligió la cobertura de la política. Me imagino en la sede de Génova - ¿piensan irse de dicha sede en los próximos diez años?-, viendo a los gigantes en sus despachos, pienso en Bárcenas, que debió ser todopoderoso, seguro que debió envidiar su jerarquía, o los secretarios generales -una terminología propia de partidos totalitarios-, o portavoces al Congreso, el joven Pablo Casado, soñaba, pero es muy difícil imaginar que realmente pudiera llegar a esas alturas.
La realidad juega con el azar y sobre todo, en política con cálculos estratégicos que acaban beneficiando, no a los mejores, sino a los mediocres que alcanzan cotas de poder inimaginables en otros contextos profesionales. Lo paradójico del PP es que siendo abanderados del liberalismo económicos, todos ellos, o bien son funcionarios en excedencia o como decía un antiguo portavoz del partido, funcionarios (lapsus) del propio partido. Recetan a los demás, lo que ellos jamás se aplicarían.
Como Pablo Casado tiene a su favor a la prensa de la derecha extrema, siempre queda en la recámara a la extrema derecha, le fabrican encuestan que virtualmente, es Presidente del Gobierno desde hace tiempo. Puede clausurar congreso del partido y lanzar frases para ser recogidas por las televisiones en los momentos oportunos. La frase que nos lleva hasta aquí, es similar a la de otro mandatario, Casimiro Curbelo, Asociación Socialista Gomera (ASG) y presidente del Cabildo de la Gomera, que proponía lanzar bombas al volcán de La Palma, nadie ha dimitido por decir la primera ocurrencia que se le pasó por la cabeza. La frase entrecomillada que aparece en El País (14/11/21), nos muestra su nivel. Después como siempre, las matizaciones, el sostenella y no enmendalla, es decir, un clásico de nuestra clase política. ¿No hay alguna posibilidad de encontrar en el PP un dirigente con un poco más de nivel? Es seguro que hay muchísimos, y desde luego no es Isabel Díaz Ayuso.
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