¡ Este gobierno si gobierna! y para demostrarlo nada mejor que echar mano del Código penal. Gallardo, el ministro de justicia, hace alarde, desde su posición iluminada, de performance justiciera. Reformas ad hoc para contentarse ante la falta de poder real en el orden material y práctico. Bruselas, el BCE y el FMI dictan la hoja de ruta de la política socioeconómica. Hablar de política es simplemente un eufemismo. Sólo se gestiona para los mercados dejando a la deriva a los ciudadanos que se sienten impotentes y es a estos que nuestro presidente Rajoy (PP) alaba a los que se callan la boca. Si el gobierno hace lo que le dicen –al parecer mal, pues, no acaban de fiarse -; en el terreno simbólico y punitivo, se hace gala de una dureza que contrasta con la adaptabilidad que adopta contra la ciudadanía medidas que empobrecen a todos, menos a los ricos y a los bancos. Gallardón quiere demostrar que el castigo es el antídoto de la crisis. Una batería de reformar para endurecer...