Llama la atención las fotografías donde aparecen Montilla y el ex president Pujol tocados con sendos sombreros para mitijar, supongo, el sol abrasador que iluminaba sus fiestas partidistas. Habría que decir que tal vez no aguntan demasiado los rayos solares. En su caso se entiende, uno por estar encerrado en el despacho solventando la crisis y el otro porque ya tiene una edad. Tal vez ser "President de la Generalitat" quema en exceso. Hay que pensar en los sinsabores que los acompañan, la STC o la decepción que debe sentir Pujol por la suerte de sus dos amigos en apuros por los casos Pretoria o el asunto Millet. Lo cierto es que ambos resultan risibles, unos cowboys desubicados, rídiculos, pero entrañables. La política no es solo legislar contra las rentas del trabajo, también requiere de estampas como las comentadas que nos acercan no a los cargos que representan, sino a las personas.