La última semana ha sido prodiga en confesiones. No son del tipo de San Agustín, ni mucho menos de Rousseau, pero pretendían serlo. El primero declarar sus perplejidades ha sido nada menos que el actual President de la Generalitat que ha confesado que no piensa reeditar el tripartit. Inmediatamente, el PSOE ha entrado en estado de éxtasis si hemos de creer a Marcelino Iglesias nuevo secretario de organización del PSOE. También él ha confesado su satisfacción y tranquilidad por la declaración de Montilla. Al parecer Montilla se encontraba incómodo con unos socios que le han hecho la vida imposible. Sin embargo, hay que recordar que la suma parlamentaria entre el tripartito logro lo que parecía imposible, que CiU dejará de gobernar después de dos décadas. Al parecer con su confesión restablecía el orden natural de las cosas. Daba tranquilidad al gobierno de Zapatero y envíaba un mensaje tranquilizador para su oponente A.Mas. El mensaje es el apoyo de CiU para apuntarlar un pacto