Lo sucedido en Barcelona el miércoles 29 de septiembre al amparo de la huelga general resulta un síntoma preocupante. Quienes protagonizaron los enfrentamientos y destrozos en el mobiliario público y en escaparates son denominados "antisistema" expresión que quiere decir cualquier cosa. Sin embargo, no puedo resistirme a reproducir un fragmento de Fernández Buey que aparece en su "Guía para una globalización alternativa. Otro mundo es posible". En ella perfila a los actores que son múltiples dentro del movimiento antiglobalización. Entre ellos están los movimientos okupas. En un momento determinado dice lo siguiente: " (...) Aunque el rechazo del trabajo institucionalizado no implica la negativa a cualquier forma de trabajo (por ejemplo, a aquellas tareas más directamente vinculadas a actividades contraculturales artísticas y creativas), sí crea una disponibilidad de tiempo que puede ser utilizado en la organización de acciones directas, manifestaciones, campañas,etc. (pág.119)
Si entiendo bien lo que dice el autor,lo sucedido en Barcelona ha sido exclusivamente, un happening creativo que utilizaba aquellos materiales que tenían a mano para expresar el rechazo de la juventud ante una sociedad que no les ofrece un "radiante porvenir". Barcelona ha sido el escenario de una representación teatral que abarcaba la vía pública para representar una obra dirigida a todos los estamentos sociales. Se rechaza todo lo que se ofrece, porque no satisface las expectativas de unos seres creativos que viven aplastados por la tiranía de la mediocridad y la uniformidad. Por ello el aparente choque entre las fuerzas conservadoras y la vitalidad artística que se expresaba en esa algarabía festiva y comunitaria que se ofreció en Barcelona. ¡Parece mentira que no sepan apreciar la deriva estética del espectáculo ofrecido en Barcelona!
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