En España y Cataluña las cosas lejos de mejorar parece que empeoran. Las recetas para reajustarnos siguen viento en popa. El Roto ofrecía una viñeta devastadora que deja poco margen para la retórica, o mejor dicho, las instituciones que deberían velar por los intereses de los ciudadanos están desaparecidas ante la avalancha de las cifras macroeconómicas, y ante esta situación nos mandan prietas las filas y apretar los dientes y el cinturón.
Las declaraciones de Montserrat Nebrera contra la política y el parlamentarismo han sido ampliamente recogidas por la prensa. Llama la atenció la capacidad de convocatoria de Montserrat Nebrera. No le ha gustado lo que ha visto en política y por eso se marcha del partido popular. Pero de sus declaraciones se desprende que no piensa tirar la toalla y plantea la posibilidad de crear una nueva plataforma política. En las diferentes tertulias -no eres nadie si no logras estar sentado en esas tertulias-, se planteaban las opciones que le convenían a la ahora dimisionaria. Que alguien dimita cuando es parlamentaria en las autonómicas del 2006 llama la atención, pues, no es habitual. Incluso cuando los escándalos por corrupción, los políticos implicados o presuntamente implicados, no dimiten, excepto, cuando los cesan, pero aún en este caso, se aferran al escaño parlamentario como si fuese de ello les dependiera la vida. Así, que la señora Nebrera no siento apego al sillón. Los tertulianos
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