La semana acaba con las secuelas del asesinato de Bind Laden a manos de EE.UU. Y en España el TC ha declarado la legalidad de Bildun en un ajustadísimo resultado. La división que se ha creado tanto en el TS como en TC debería hacernos reflexionar sobre lo que queremos que sea uno de los pilares de un estado de derecho como es el poder judicial. Además ha empezado la cuenta atrás para las elecciones municipales y autonómicas del próximo día 22 de mayo.
En el plano doméstico la perpetua división entre magistrados de los sectores que el gobierno y el parmalento de turno imponen, hacen que el poder judicial este cada vez más en el punto de mira de las sospechas. Esto supone que cada sector podrá esgrimir sus propias tesis. En el caso del PP y sus voceros mediáticos lanzan invectivas contra el gobierno. El propio Zapatero debió llamar al TC para que votasen que ETA estuviese en las instituciones. Lo dicen tranquilamente convencidos de su propia ficción. Nunca necesitan apoyar sus sermones en hechos, simplemente, su propia convicción de profetas ultramontanos. Cualquier cosa mala que suceda siempre tienen a punto su receta. Un mantra que desde Aznar -¿ alguien se acuerda ?- han creído tener poderes taumatúrgicos y que repiten como loros. El mantra es diferente según el vocero particular.
Se habla de partidos de largo recorrido EA, IU vertiente vasca, es decir, Madrazo, que durante años se limitaron a mirar a otra parte cuando ETA mataba. Tenían la suerte que no eran “enemigos objetivos” del pueblo vasco. Vivieron tranquilos, mientras que los ciudadanos no nacionalistas PP y PSOE, estuvieron en el punto de mira de ETA y sus “servicios auxiliares” (Savater). Mientras que los nacionalistas “moderados” y radicales se rasgaban las vestiduras ante los embates de la justicia y la policía, los otros tenían que ser escoltados por las fuerzas de seguridad. Ahora, nos dicen que ya no hay nacionalistas “radicales”. ¿Es creíble? Es más bien dudoso por decirlo suavemente. Las próximas semanas nos dirán y el tiempo dictará hasta qué punto se ha pasado página o no es más que otra farsa. Estoy en condiciones de afirmar que ETA no hará nada, de momento. Si cometieran otro atentado -esperemos que no-, obligarían a Bildu a posicionarse y eso podía ser muy embarazoso, tanto para Bildu y su posible exclusión del juego político, dependiendo de lo que dijera, como para ETA que demostraría por enésima vez su falaz y asesino discurso.
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