Ayer hubo subasta –la palabra expresa con acierto lo que está sucediendo en el ámbito financiero- de deuda española a un interés más elevado. Una emisión por valor de 3300 millones de € fueron puestos en circulación. Antes, el Estado era quien imponía las condiciones. Establecía el interés y los compradores aceptaban –las causas podían ser variadas- las condiciones. ¡Ahora, los Estados están al servicio de los que compran la deuda!. Ver para creer. No deja de ser ilustrativo que una de las empresas que ejerce de "amo del universo" Blackrock tenga en "Aladdin® Enterprise Investment System" un mecanismo para "jugar a ser dios". Una buena metáfora de la lampara mágica. El problema actual es que no hay posibilidad de mete al genio en esa lampara. Mejor hubiese sido llamarla "caja de Pandora". Al parecer desde el gobierno están contentos que los mercados hayan comprado los bonos. Siempre se puede salir a declarar que a pesar de todo los mercados confían en nosotros, porque han comprado unos títulos que las agencias de calificación tienen dudas acerca de su solvencia.
Estamos delante de una profecía autocumplida. Alemania y Francia de vacaciones. No dicen nada. El BCE tampoco se esfuerza demasiado. Mientras España e Italia están amenazados por unos mercados envalentonados que saben que tienen carta blanca. La irresponsabilidad europea es extraordinaria. Desde la crisis helena hasta ahora la lógica del mercado ha sido implacable. La responsabilidad está en unos mercados opacos y desregularizados y en unos Estados que son incapaces de tomar las riendas. La economía se ha adueñado de la política, y aquí si estamos atados los ciudadanos, pues, los mercados no lo elegimos cada cuatro años. ¡Si no se actúa de forma coordinada lo vamos a pagar carísimo los ciudadanos!
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