La Fiscalía General, ha consumado una Causa General contra
el Independentismo. Su Fiscal, nombrado a dedo por el Gobierno del PP, se ha
lanzado contra los Alcaldes de Cataluña, que tengan la intención de poner urnas
el 1-O. 712 alcaldes tendrán que declarar, en sede judicial, para que informen.
El Estado, ha pasado de la burla del anterior referéndum del 9-N (2015), se le
ridiculizo e ignoro a los cerca de dos millones de personas que acudieron a las
urnas.
Ahora, no quieren que vuelva a pasar. Eso significa que
mintieron de manera descarada, mentir es un verbo que se les da muy bien al
gobierno del PP, y ahora, no quieren repetir lo sucedido en el 2015. La
judicialización de la política. La palabra política ha quedado descartada de su
agenda. Lo que les interesa, es que la división de poderes, se haga porosa e
invisible.
Se amenaza a todo el mundo, no importa si se es funcionario
o no, autoridad o no. El TC, está ejerciendo de juez y parte, algo insólito en
democracia. Su origen era la constitucionalidad de las leyes. Pero el PP con
mayoría absoluta, elaboro un bodrio jurídico-político que coloca al TC como un
nuevo TOP (Tribunal de Orden Público).
Palacio de las Salesas
(Sede del TOP 1963-1977)
El desafío entre el Gobierno central y la Generalitat no
puede elucidarse en el TC. La resolución del conflicto no es inhabilitar a la
mayoría parlamentaria del Parlament de Cataluña. ¿Qué interlocutores espera el
Gobierno central de los representantes
de Cataluña?
Prohibiciones, cierres de webs, amenaza a los rotativos, y
todo en aras de la Unidad de España. Hay una deslegitimación que no podrá
imponerse por la fuerza. Pueden vencer, pero jamás convencer. Seguramente, al
gobierno le importe un pimiento no convencer. En Cataluña, el PP tiene una
representación del 8,5%, un poco superior a la CUP (8,2%).
Nos esperan días de sobresalto. Nada es imposible, ni la
suspensión de la Autonomía, Art.155.1 de la CE; ni la inhabilitación exprés de todos
los cargos institucionales del Parlament. En la STC 49/1988, se establace el carácter extraordinario de dicha medida. Lo que parece evidente, es que el
famoso oasis catalán se ha acabado. También se acabado el famoso Estado de las
Autonomías. Todo ello, supone el adiós definitivo, al menos en Cataluña, de la
Transición.
PD: La unidad de España ha posibilitado la unanimidad de
todos los partidos políticos. Derecha e izquierda se dan la mano para conjurar
el desafío que la sociedad catalana ha puesto encima de la mesa.
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