La noticia que publica Ara.cat, es una muestra, de lo que el gobierno central del PP, estaba dispuesto hacer después del 1-O, destruir entidades financieras catalanas, en nombre de la Unidad de España. Antes una Cataluña destruïda –incluso, para aquellos catalanes que no son partidarios de la independencia- económicamente, aunque fuera catastrófica para la economía nacional. ¡Eso se llama fanatismo ideológico!
Es fácil comprender que esas entidades, tuvieran que cambiar sus sedes. Lo que hizo el gobierno, se llama chantaje. Es delito, pero en nombre de España todo estaba permitido. Seguramente, las entidades financieras, CaixaBank y Banc Sabadell, no podrán decir nada al respecto, deberían, pero son entidades privadas, y ellos sabrán lo que más les interesa.
Debería abrirse una investigación, ahora que se abren por cualquier cosa, que tenga que ver con el independentismo. Hay que tener en cuenta, que ambas entidades no se han caracterizado por ser pro independentistas, pero para el anterior gobierno del PP, eso no era obstáculo para hacer lo que hicieron. Resulta escandaloso que el anterior ministro de Economía, De Guindos, pudiera avalar la actuación del ejecutivo de Mariano Rajoy. ¿Acaso querían hundir el sistema financiero? La respuesta es que sí. Como en las películas de suspense, una vez las entidades cambiaron de sede, la retirada de fondos, fueron milagrosamente reitegradas a ambas entidades.
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