Se hace muy difícil de escribir sobre lo ocurrido en Esplugues del Llobregat. Matar a la mujer y a la hija de tres años, precisamente hoy, se hace incomprensible. No hay demasiadas palabras para calificar los hechos.
Desgraciadamente, estos hechos violentos contra las mujeres y los hijos, caen en terrenos donde partidos como VOX niegan la existencia de delitos de género. La palabra “manada” para describir la violación en grupo, también se ha hecho cotidiana. Lo extraño es que los agresores puedan estar en libertad provisional a la espera de la sentencia definitiva. Todos estos hechos, son destructores y disolventes de la empatía por las víctimas y sus familiares.
Matar a tu esposa o “compañera sentimental” expresión difusa donde las haya, y posteriormente, matar a la hija resulta sobrecogedor. Es posible que los regalos de reyes estuviesen en la mesa a la espera que la pequeña los descubriera, pero jamás lo hará. Ahora habrá investigaciones, desde hoy, serían 1034 mujeres que ha sido asesinadas a manos de sus parejas desde el 2003 y 35 menores, cifran muy superiores a los asesinatos de ETA. El año pasado acabó con la cifra de 55 mujeres asesinadas. La derecha tan proclive a exhibir a los muertos de ETA, no tiene nunca nada que decir sobre este tipo de asesinatos. ¿Qué les pasa a los hombres que necesitan la violencia para demostrar que son ellos quienes mandan? Algo va mal (Tony Judt) en nuestra sociedad cuando la muerte de las mujeres se convierte en un hecho que parece inevitable, como los accidentes de coche, que sin embargo, se ha pasado de los casi 2000 (1899) muertos en el 2000 a los 489 del 2019. ¡Se pueden hacer cosas y se deben hacer! Para empezar la igualdad salarial entre hombres y mujeres debería ser el primer peldaño. No es sólo una cuestión del gobierno, aquí la sociedad debe ser más autocrítica a la hora de banalizar a la mujer.
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