El verano se acaba, pero la marejada provocada por la posibilidad que la STC referente al Estatut de Catalunya sea adversa para los intereses del gobierno de la Generalitat, ha provocado un auténtico ataque de nervios: Llama la atención que cuando la crisis en su vertiente macro y micro, dibujan un panorama negro de cara al otoño, la clase política -catalana- se halle al borde de la histeria por culpa de la anunciada sentencia del TC. Desde luego, el asunto tiene calado político. Constitución, Estatut, TC, división de poderes, soberanía popular, legitimidad, "contrato social", inconstitucionalidad, etc., son conceptos que afectan al marco jurídico del Estado de derecho que es España. Se podrían plantear cuestiones a todos los actores que intervienen: los magistrados del Tribunal Constitucional, que apuran su tiempo de permanencia más allá de lo razonable, sus inclinaciones y adscripciones políticas, sus tensiones internas partidistas, etc., su tardanza en la elaboración de la