La crisis económica sigue desplegando sus largas alas para dar cabida a todos. En Cataluña se escenifica hoy, una reunión para consensuar –si eso es posible- medidas anticrisis. Adiós al estado del bienestar. Adiós al parlamentarismo. Ahora los debates políticos se alejan del parlamento. No deja de ser una metáfora que el escenario para debatir la crisis sea en Pedralbes. Allí la crisis debe ser devastadora. La crisis sistémica –globalización- que padecemos nos manda la no muy atractiva idea que hay que desmantelar lo que desde la postguerra se denomino el estado de bienestar. Los gobiernos se esfuerzan sin decirnos el porqué de ese desmantelamiento. ¿Acaso no hay otras alternativas a la nueva ola neoliberal? Se afirma que vivimos por encima de nuestras posibilidades. Que han aparecido nuevos agentes en el ámbito internacional: China, India, Brasil, etc., quieren participar de los recursos que anteriormente disfrutábamos en los países occidentales. Ahora toca redistribuir, nos dicen. E