En el ámbito nacional, estamos enredados en cambios de velocidades, es una metáfora de la vida política. El PP propone un cambio de política con relación al entramado autonómico –restricción- y otros proponen un cambio en la dirección contraria CiU y ERC –Concierto económico e independencia. ¿Cómo conjugar esas fuerzas contradictorias? España está en una situación delicada. La CE ¿debería modificarse? ¿debería interpretarse de forma más elástica? La Sentencia del 31/2010, de 28 de junio sobre el Estatut de Catalunya, ha vuelto a suscitar las dificultades de la relación entre Cataluña y España.
¿Somos o no una nación? La pregunta no es obvia. ¿Catalunya es una nación? El Estatut de Catalunya decía que si. Lo avalaba la mayoría absoluta del Parlament de Catalunya cuando voto a favor del Estatut y el posterior referéndum del pueblo de Cataluña que lo ratifico. Y sin embargo, la STC 31/2010 no pueda dar satisfacción al Estatut, pues, en el art.2 de la CE establece en la “indisoluble unidad de la Nación española (...) “. Pero sí puede afirmar lo siguiente: “ El autogobierno de Cataluña se fundamenta en la Constitución, así como en los derechos históricos del pueblo catalán (...)”. Es decir, se niega lo que se pide en sede parlamentaria, para retraducirlo en sede constitucional. Seguramente, el TC no podía hacer otra cosa, dado el texto constitucional. ¿Pero se trata de interpretación de textos jurídicos? Antoni Domènech relata cómo Jon Elster “se plantea (...) el problema de las constituciones no sirven principalmente para autorrestringirse, sino para restringir o atar a otro” (Antoni Domènech, La eclipse de la fraternidad. Nota 47, pág.70). Es decir, se trata de un problema político y no jurídico. Seguiremos hablando se este tema.
En otro orden de cosas, la política catalana está inmersa en recortes presupuestarios. Los nuevos gestores pertenecientes a ESADE ha proclamado la inevitabilidad de reducción en todos los ámbitos. Desde las infraestructuras hasta sanidad y educación. Se habló de un genérico 10% de reducción, pero en el orden real varían los porcentajes. En educación, por ejemplo, significa que en los centro de educación pública, no puede gastarse dinero ni en libros ni en material didáctico. Siempre será posible cerrar la calefacción, el agua y la luz, amén de suspender la limpieza. Es posible que el Departament d’Ensenyament suponga que las juntas directivas puedan dedicarse a tareas de limpieza. No es descartable. Lo que es seguro es que ellos no lo van hacer. Así que en los centros con dificultades de financiación se espera de ellos simplemente milagros.
Si Zapatero se va a los Emiratos, Mas se va a Bruselas. Interesantes trayectorias geográficas. Los dos que ya se reunieron deben pensar que cada uno se busque la vida. Dicho y hecho. Mas se dirige a Bruselas para hacer saber que en Cataluña los compromisos se cumplen. Cataluña tiene argumentos para decir que no tiene la financiación que necesita. En tiempos de crisis este argumento pierde peso. Porque todos están en apuros. Lo inteligente hubiera sido buscar otro sistema en los buenos tiempos, (1998-2006) ¿alguien se acuerda de esos buenos tiempos? ¿qué se hizo para configurar un estado y una sociedad acorde con las expectativas que teníamos? La burbuja se ha venido abajo y la realidad que nos rodea nos devuelve a una situación difícil. Vivimos tiempos difíciles pero no catastróficos. Estaría bien que de toda esta crisis surgiera algo positivo, pero mientras PSOE y PP tenga como único horizonte el presente inmediato, nada habremos ganado y si mucho perdido.
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