A una semana de las elecciones, las encuestas siguen ofreciéndonos unos resultados más desfavorables al PSOE que en las anteriores elecciones. La novedad es que el PP vuelve a consolidarse como segunda fuerza, mientras que Vox se encaramaría a la tercera fuerza política, muy alejada del PP, a expensas del gran perjudicado que sería Cs. La suma de los partidos de derecha y extrema derecha suman 151, lejos de la mayoría absoluta que son 176.
Si en las anteriores elecciones, el bloque PSOE y Podemos sumaba para un pacto, ahora resulta que no llegan, y necesitarían los apoyos de los partidos nacionalista vascos y catalanes, cosa que seguramente el PSOE descarta, porque Pedro Sánchez no podría dormir. Solamente después de las elecciones, con los escaños reales se podrán hacer las cuentas y contar cuentos.
El PSOE, es decir, Pedro Sánchez, quería una mayoría que habrá perdido por el contencioso catalán. Su soberbia le ha hecho perder una oportunidad de oro para dirigir el país. Muchas voces interesadas, sólo hay de este tipo, cantan las excelencias de una gran coalición PSOE y PP, pero la historia le va a la contra. No lo han hecho nunca, y es difícil que lo hagan. Otra cosa es como de manera demagógica han solicitado al archienemeigo que se abstenga. Resulta difícil de entender ese razonamiento, que tu adversario eterno regale al contrario el poder a cambio de nada. ¿El PSOE puede regalarle Cataluña? Quiero decir, aplicarle un 155, no es descartable. Sabe que si lo hace ganará votos y credibilidad fuera de Cataluña, no importa el PSC, Iceta, ya lo venderá de lo que sea, recuerden que Iceta ha visto de todo en su eterna trayectoria dentro del PSC. Hacer piruetas es su especialidad, les va su supervivencia no sólo política.
Podemos quedaría como tercera fuerza, muy lejos de sus expectativas de forzar un compromiso con el PSOE. Mientras que el gran derrotado sería Cs. A Cs no le queda nada que ofrecer. Se han quedado sin eslóganes que ofrecer. La ceguera de Rivera ha hecho el milagro de resucitar al PP y a Vox. Lo cual demuestra que el electorado de Cs era de derecha y extrema derecha. Naturalmente, sólo los resultados del próximo domingo certificará o no el descalabro de Cs y su necesaria reconversión, sean en líderes y programas.
Queda el asunto, menor, dado que son elecciones generales de los partidos periféricos, un eufemismo para halar de los partidos nacionalistas. El PNV aporta 6 diputados mientras que Bildu tendría 4. En el caso de Cataluña, que ha sido el eje vertebrador de las elecciones, la suma de diputados según este modelo, las tres fuerzas que participan sería de 23 diputados. La CUP, va por libre. Mientras que ERC tendría 15, y Junts per Catalunya tendría 6. Pedro Sánchez ha repetido que no quiere esos votos, porque no podría dormir por las noches.
En vistas de todos estos resultados, se hace difícil saber, cual será el resultado final de este esperpento que el PSOE ha querido jugar. Si los partidos políticos no son capaces de establecer pactos, coaliciones, eso significa que nuestra sociedad tiene un verdadero problema.
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