La crisis de Estado está servida. La aplicación del 155 que se hará hoy publica después de un Consejo de Ministros extraordinario, abre un nuevo escenario en la vida política. Que el artículo se aplique a Cataluña es una sorpresa. Durante los terribles años en el que el terrorismo asolo el País Vasco, y al resto de España, nunca se llego a plantear seriamente dicha aplicación. Sin embargo, lo que sucede e n Cataluña, reviste una gravedad extrema. No ha habido atentados, ni asesinatos, lo que ha habido, es una conciencia que el Estado ningunea a la sociedad catalana y sus instituciones. Choque de legitimidades. En vez de encauzar el asunto por la vía política, siempre imperfecta, se ha preferido, por parte del gobierno central, ir por la vía jurídico-penal. Que el PP, líder en casos de corrupción, utilice la vía jurídico-penal, nos indica hasta qué grado de control tiene sobre los órganos jurisdiccionales. Empezando por el Presidente del TS y del TC. Amén, claro está, del peor...