La CUP decidió ayer no investir a A.Mas para
presidir la Generalitat. En el artículo del Ara del día de hoy S.Cardús, La paraula és “emancipació” saluda el
fin de este proceso, no porque lo deseará, sino por las oportunidades que
permite. Como dice con acierto, la CUP ha entrado en el reino de lo real, y su
confrontación ha sido la negativa a investir President a A.Mas. Lo extraño, no
ha sido el resultado, previsible, sino la sobreactuación de los restantes
agentes institucionales. Se les hace responsables del descarrilamiento del
Procés. Habría que preguntarse como en estos meses los negociadores del Junts
pel Si, no fueron lo suficientemente perspicaces para darse cuenta que la CUP,
también tiene limitaciones, como todos. En la búsqueda de culpables, se le ha
achacado su sistema asambleario.
Decía F.Savater, poco proclive al independentismo,
que los partidos clásicos, y su estructura piramidal, convertían sus congresos,
en “resultados norcoreanos”, donde se
aclamaba al Presidente o Secretario General , la nomenclatura soviética sigue
siendo un misterio que se mantenga, con el 97% de los votantes, lo que hacía
inútil dichos congresos, excepto para la propagando.
La CUP ha tenido que bajar a la arena política y ha
acabado pidiendo perdón por su resultado. ¡ Un disparate! Ahora el President
Mas, podrá convocar nuevas elecciones para marzo. Veremos como la ciudadanía
encara estos nuevos comicios. ¿Habrá continuidad con los resultados del 20-D?,
¿Habrá voto de castigo contra los partidos independentistas?, ¿Avanzará el
sector españolista?.
En el artículo de Mar Rosàs, “Gat per llebre: injusticia
per desgracia” (Ara, Diumenge, 3 de gener) establecía una distinción de la filósofa
Judith Shklar ((1928-1992) entre desgracias e injusticias. El No de la CUP, no es una
desgracia, no es un terremoto, es una opción política, ni una injusticia, esta
decisión puede ser cambiada a través de las nuevas elecciones; es una decisión
que la CUP deberá asumir y su electorado premiar o castigar, hay que recodar
que la CUP representa el 10% del censo electoral. Es necesario que existan
partidos como la CUP, para expresar la pluralidad de la sociedad catalana, las
demás fuerzas, deberían plantearse con quien quieren unirse. Saber quién es el
otro, es un requisito imprescindible. La CUP ahora sabe que la realidad
política es pequeña, desagradecida, poco épica, si eso les sirve para crecer,
enhorabuena. La contrapartida, es que en las próximas elecciones, los votantes
deberán afinar más que mayorías y minorías queremos.
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