Final de año, un año histórico, lleno de complejidades y dificultades. El Procés, ha tenido la virtualidad de eliminar las falsas apariencias. El Procés, ha sido el esfuerzo por el que la ciudadanía pudiese votar en un referéndum sobre lo que quieren los catalanes. Todos los catalanes. El gobierno central (PP), ha mirado con desdén y prepotencia esas aspiraciones que venían de la periferia. La legalidad ha sido la coartada perfecta para el inmovilismo. La Constitución ha sido utilizada como losa que enterraba cualquier posibilidad de cambio. Así que, entre aquellos que defendían el Procés y el bloque gubernamental, no ha habido espacio para las medias tintas. La fecha clave de este año ha sido el 1-O, el referéndum que según el gobierno central no se iba a celebrar acabo realizándose en medio de una represión contra la ciudadanía sin precedentes en la era democrática. Fuerzas expedicionaria venidas de diferentes partes de España, tenían como objetivo, impedir el 1-O, el