Puigdemont como problema. Es lo que el Gobierno central se ha propuesto extender “urbi et orbe”, a través de los medios afines, es decir, prácticamente todos. ¿Qué hacer? Los independentistas se equivocarán si creen que la represión cesará, ahora mismo, están lanzados a estrechar el cerco contra todos lo que de una manera u otra se hicieron visibles en los meses de septiembre, octubre y noviembre. A pesar del WhatsApp, el Procés no se ha volatizado, ni ha desaparecido, ni desaparecerá. Está ahí para quedarse, al menos en el horizonte de todos los votantes que suman más de dos millones de ciudadanos. No son suficientes, es cierto, pero no se van a convertir en partidarios del bloque unionista. Después del 1-O eso es imposible. El gobierno central, lo ha dicho por activa y por pasiva, que no acepta nada que sea independentista. Puestas así las cosas, ¿qué les queda al bloque independentista? El gobierno central los llama, nos llaman, separatistas. Estableciendo alegrem...